domingo, 6 de julio de 2014

A QUIEN CORRESPONDA

Que la ausencia era contundente
Y que sin vacilar los recuerdos revoloteaban en la mente,
Que el miedo al olvido era infinito y que las esperanzas provenían de una cuarta,
una quinta, una enésima oportunidad.

Que a pesar de los resentimientos
Que en medio de la pesadez del alma y la pesada carga que significaba el espíritu
El amor se mantenía dispuesto en el aire, palpitante y latente para abrigarle en cualquier día,
minuto o segundo con el único objeto de repararle las heridas del pasado,
el mismo pasado que hoy lo mantenía alejado a unidades astronómicas de la mujer que amaba,
la misma por la que las reflexiones se hacían infinitas buscando la enésima oportunidad.

Que importa si habría de esperarle cincuenta y tres años, siete meses y once días.